El tipo y calidad de construcción de un galpón, depende de las condiciones
climáticas del lugar, de la finalidad de la explotación y de los medios
económicos con que se cuente. Toda galera debe ser construida en lugares secos,
terrenos bien drenados, y preferiblemente en sitios donde el sol penetre en el
galpón varias horas durante el día y esté protegida de fuertes corrientes de
viento.
Para el buen funcionamiento de la granja es necesario que los galerones
tengan amplios aleros, especialmente en zonas húmedas; buena ventilación,
acondicionamiento para los bebederos, comederos, nidos, luz eléctrica, fuente
permanente de agua potable y una buena cubierta de piso. La construcción ideal
de una galera debe tener un zócalo o pared de bloques de concreto con un
mínimo de 60 a 80 cm de altura, sobre el cual se coloca los horcones de madera
o "perlings" de 1,20 m; para una altura total de 1,80 m, desde el piso
hasta la solera. El espacio abierto de la pared se forra con cedazo para
gallinero o malla metálica (tipo ciclón o soldada), con huecos de unos 2,5 cm.
Aunque es más difícil su colocación, el cedazo se pega del lado interno de la
galera, con el fin de que las aves no puedan pararse en el zócalo y defecar
sobre él, lo que ahorra mucho tiempo a la hora del lavado. El piso de tierra se
puede apelmazar y ser utilizado en esta forma, aunque por razones sanitarias es
preferible chorrear una capa con concreto, de un espesor (5 a 6 cm) que no se
quiebre con facilidad y dure muchos años, y que además permita efectuar una
buena lavada. Por su duración y al no ser atacado por insectos como el
comején, a largo plazo es más económico fabricar las cerchas con
"perlings". Este material, por sus dimensiones y resistencia, permite
también el uso de menos piezas y de mayores espacios sin soportes intermedios.
El material más recomendable para la cubierta del techo es el zinc corrugado,
por su mayor durabilidad y facilidad de colocación; no obstante se puede usar
cualquier otro producto como tejas de barro, fibrocemento, etc. El tipo de
galera se debe ajustar a la actividad (crianza/desarrollo o crianza/producción
de huevos) y al número de animales que se desea tener. Cuando la galera tiene
más de seis m de ancho, se recomienda el techo de dos aguas, para que no sea
muy alto y porque le brinda mayor protección al impedir la entrada de lluvia y
viento. Las dimensiones de la galera dependen básicamente del número de
animales que se desee tener, de la topografía del terreno y de los materiales
disponibles.
Si no se tienen los conocimientos básicos de construcción, es
mejor consultar con algún técnico o constructor, quien le pueda dibujar el
plano del galpón y hacer el presupuesto respectivo. Lo lógico en todo caso, es
que no haya desperdicio de materiales, como cortar lo menos posible la madera,
perlings o las láminas de zinc. Hay que tratar de utilizar la mayoría de los
materiales en las mismas dimensiones en que se comercializan. En zonas de clima
caliente se deben alojar unas cinco gallinas por m cuadrado, mientras que en
clima frío se puede tener una densidad de seis o siete aves por m cuadrado.
Para explotaciones con menos de 30 gallinas, resulta más económico la
construcción de dormideros o casetas portátiles, los cuales tienen patas para
mantenerlos a unos 60-70 cm del suelo. Estas casetas deben tener sus respectivos
nidales, debajo de los cuales se coloca el comedero para que no se moje con la
lluvia. El piso se construye con reglas, con separaciones de unos dos cm entre
una y otra, para que el excremento pase con facilidad entre ellas y no se
acumule. Estas casetas que sirven para que las gallinas duerman y se protejan de
las inclemencias del tiempo, se pueden movilizar de un aparto a otro. Su
capacidad es de unas 15 gallinas por m cuadrado.